sábado, 20 de abril de 2019

CAPÍTULO LII - II PARTE: Donde se cuenta la aventura de la segunda dueña Dolorida, o Angustiada, llamada por otro nombre doña Rodríguez. 

Don Quijote ha decidido que es hora de partir del castillo de los duques porque aquella vida ociosa no es propia de caballeros andantes.

1- Pero antes de que pudiera hacerlo, ¿quién apareció? ¿Con qué petición? ¿Aceptó don Quijote ese encargo?

2- "descalzándose un guante, le arrojó en la mitad de la sala..." Investiga y explica la simbología de este hecho (arrojar un guante a otro, en especial a la cara).

3- Más tarde llega el correo ¿de quién para quién? Copia algún fragmento de cada una de las cartas que te parezca especialmente gracioso.

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61 comentarios:

  1. 1C. Pregunta 1.
    Aparecieron doña Rodríguez y su hija.
    Doña Rodríguez quiso hablar con el caballero andante para que vaya a buscar y haga justicia a su hija por ser engañada por un hijo de labrador rico, que juró casarse con ella y tal promesa rompió. Ella pide que don Quijote lo desafíe antes de seguir con sus aventuras lejos del castillo.
    Don Quijote acepta esa petición, diciendo que va a buscar a ese hombre para que cumpla su promesa o que se enfrente a la muerte.

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  2. B5
    Pregunta 2.
    Arrojar el guante o golpear con él en la cara fue símbolo de reto desde la Edad Media. Normalmente un caballero desafiaba de este modo a otro, que le había hecho perder su honor (o parte de él), si el guante lo recogía el desafiado significaba que aceptaba la batalla (esto era la mayoría de las veces).
    Algunos libros escritos sobre este tema son “Ensayo sobre el Duelo” (1836) que escribió en Francia el conde de Chateauvillard y “Lances de Caballeros” (1900) del Marqués de Cabriñana en España.

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  3. C 17
    1. Aparecen dos mujeres cubiertas de luto de pies a cabeza. Eran doña Rodríguez y su hija.
    La mujer pide a don Quijote que desafíe al hijo del labrador rico para obligarlo a casarse con su hija. Ya se lo había pedido varios capítulos atrás, pero se lo repite porque llegó a ella la noticia de que el caballero se marchaba del castillo.
    Don Quijote acepta el encargo. Dice que es su deber perdonar a los humildes y castigar a los soberbios.

    2. En la Edad Media arrojar un guante a otra persona era señal de desafío.

    3. Son dos cartas de Teresa Panza, una para la duquesa y la otra para Sancho.
    “… en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro, y que sacado de gobernar un hato de cabras, no pueden imaginar para qué gobierno pueda ser bueno.”
    “Pésame cuanto pesarme puede que este año no se han cogido bellotas en este pueblo”
    “Unas bellotas envié a mi señora; yo quisiera que fueran de oro. Envíame tú algunas sartas de perlas”

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  4. Pregunta 2
    Se arrojaba un guante a la cara o al pecho para desafiar, provocar o retar a duelo a un adversario.

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  5. C20
    Pregunta 2
    Este hecho era utilizado en la Edad Media para provocar o retar a un duelo a otra persona.

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  6. c4
    Pregunta 2
    Arrojar un guante a otro era una propuesta de desafío en la edad media, si la persona desafiada cogía el guante esto significaba que lo aceptaba y se batían en duelo.

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  7. A0
    Pregunta 1
    Aparecen doña Rodríguez junto a su hija.
    Doña Rodríguez le pide a don Quijote que resuelva cuentas con un labrador rico que engaño a su hija, que le había prometido que se casaría con ella, cosa que no cumplió.
    Don Quijote acepta el encargo, diciendo que las promesas de enamorados son "ligeras de prometer y muy pesadas de cumplir", y hará que el labrador cumpla su palabra.

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  8. Pregunta 1.

    Acompañada por su hija, aparece doña Rodríguez para pedirle a don Quijote que haga justicia en nombre de su acompañante, engañada por un labrador rico que prometió casarse con ella. Don Quijote acepta, diciendo que logrará que el labrador cumpla su promesa.

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  9. Pregunta 1
    Entran por la puerta de la gran sala dos mujeres, una de ellas, se echó a los pies de don Quijote llorando, que resultaron ser doña Rodríguez, la dueña de la casa y la otra su hija. Le cuenta que fueron engañadas por un labrador rico que prometió casarse con su hija y le pide que lo desafiase y que hiciera que se casase con su hija y don Quijote acepta

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  10. A10
    -Pregunta 3:
    El correo que llega es de Teresa Panza. Son dos cartas , una dirigida hacia la duquesa y la otra para Sancho.
    Carta hacia la duquesa:
    "...aunque, si va a decir verdad, a no venir los corales y el vestido tampoco yo lo creyera, porque en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro, y que, sacado de gobernar un hato de cabras, no pueden imaginar para qué gobierno pueda ser bueno."
    "... y, así, suplico a vuestra excelencia mande a mi marido me envíe algún dinerillo, y que sea algo qué porque en la corte son los gastos grandes: que el pan vale a real, y la carne, la libra a treinta maravedís, que es un juicio; y si quisiere que no vaya, que me lo avise con tiempo, porque me están bullendo los pies por ponerme en camino..."
    "Pésame cuanto pesarme puede que este año no se han cogido bellotas en este pueblo; con todo eso, envío a vuestra alteza hasta medio celemín, que una a una las fui yo a coger y a escoger al monte, y no las hallé más mayores: yo quisiera que fueran como huevos de avestruz."

    Carta hacia Sancho Panza:
    "... que no faltaron dos dedos para volverme loca de contento."
    "Unas bellotas envié a mi señora la duquesa: yo quisiera que fueran de oro. Envíame tú algunas sartas de perlas, si se usan en esa ínsula."
    "Hogaño no hay aceitunas, ni se halla una gota de vinagre en todo este pueblo."

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  11. B10
    Pregunta 1:
    Aparecieron doña Rodríguez y su hija, Doña Rodríguez venía en busca de nuestro caballero Don Quijote, para que se vengase del hijo de un labrador rico el cual había engañado a su hija, ya que este le había jurado que se casaría con ella, pero este no lo hizo. Don Quijote, como buen caballero que es, va en busca de este para que o se case con la hija de doña Rodríguez como él juró o matarlo.

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  13. B24

    Pregunta 2: En la Edad Media se arrojaba un guante a la cara para desafiar, provocar o retar a duelo a un adversario, generalmente por razones de honor.
    Cuando el desafiado recogía el guante daba a entender que aceptaba el reto, dando con ello inicio al duelo.

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  14. A17
    Pregunta 2
    Arrojar un guante a una persona era una forma utilizada durante la Edad Media en el mundo caballeresco, lanzar un guante a la cabeza a alguien era un signo de desafío o duelo y recogerlo señal de aceptación.
    Esta práctica ha desaparecido pero nos hemos quedado con la expresión de “arrojar el guante” (desafiar) y la de “recoger el guante” (asumir dicho desafío).

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  16. A16
    Capítulo 52, respuesta a la pregunta 1:
    Antes de que Don Quijote pidiese la licencia, entraron por la puerta dos mujeres. Una de las cuales era Doña Rodríguez, quien quiso hablar con el caballero para pedirle justicia por su hija.
    (En un principio los duques pensaron que era una broma que le quería hacer sus criados a don Quijote.)
    La mujer le decía al caballero que un labrador juro casarse con su hija pero este acabo por incumplir lo que había dicho, ya que lo único que buscaba era aprovecharse de ella. Entonces la madre, junto con su hija, le pidió al caballero que antes de marcharse del Castillo a recorrer aquellas tierras que le guardaban aventuras, hiciese una pequeña pausa para ayudarla con su problema.
    Como era de esperar, don Quijote toma el cargo que se le acaba de dar, y el mismo desafiar y hará que cumpla su palabra.

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  17. A16
    Capítulo 52, respuesta a la pregunta 2:
    La expresión “lanzar el guante” es empleada para proponer un desafío a alguien.
    Proviene de las normas del duelo, tan típico de nuestro Siglo de Oro: si un cortesano arrojaba un guante a otro a la cara o al pecho se le estaba retando a un duelo, y recogerlo significaba aceptarlo. Esto era casi obligatorio, pues no aceptarlo significaba la pérdida del honor y la muerte social, que podría llegar a ser casi peor que la muerte física que solía acontecer a uno de los duelistas.

    Existen numerosos episodios literarios sobre esta cuestión.
    Como por ejemplo vemos en Capítulo XII del falso segundo tomo de Don Quijote de la Mancha, de Alonso Fernández de Avellaneda.

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  18. A16
    Capítulo 52, respuesta a la pregunta 3:
    Entró el paje en la sala y llevo dos cartas, ambas de Teresa Panza. Una de ellas era para la duquesa, y otra para su marido, Sancho Panza.

    - “[...] si va a decir verdad, a no venir Los corales Y el vestido, tampoco yo lo creyera, porque en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro, y que saca de gobernar un gato de cabras, no pueden imaginar que para que el gobierno pueda ser bueno.[...]”

    “[...] pésame cuanto pesarme puede que este año no se han cogido bellotas en este pueblo; con todo eso, envío a vuestra alteza hasta medio Celemín, que una una las fui yo a recoger y a escoger al monte[...]”

    -“[...] Mira, hermano: cuando yo llegue a oír que eres gobernador, me pensé allí caer muerta de puro gozo, que ya sabes tú que dicen que si mata la alegría súbita como el dolor grande[...]”

    “[...] ¿por qué quién podía pensar que un pastor de cabras había de venir a ser gobernador de ínsulas?”

    “[...] que dices al son que hay que ir a buscarte y a sacarte el gobierno de la cabeza, y a don Quijote de la locura de los cascos; yo no hago sino reírme, y mirar mis harta, y dar traslado del vestido que tengo de hacerte el tuyo nuestra hija”

    “[...]Unas bellotas envía mi señora a la duquesa; yo quisiera que fueran de oro. Envíame tu alguna saltas de perlas y se usan en esa ínsula”

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  19. B21
    capítulo 52 pregunta 1
    Aparecieron Doña Rodriguez y su hija ya que Doña Rodríguez quería hablar con Don Quijote para que este vaya a buscar a un hijo de un labrador rico que engañó a su hija diciéndole que se iban a casar y después rompió su promesa.
    Don Quijote acepta y dice que lo va a encontrar para que cumpla su promesa o sino morirá.

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  20. A27
    Pregunta 1
    Estando ya don Quijote sano le pareció que la vida en aquel castillo estaba en contra de toda la orden de caballería y entonces decidió pedir licencia a los duques para irse a Zaragoza. Con esto, un día estando a la mesa con los duques y comenzando a poner en obra su petición aparecieron por la puerta de la gran sala dos mujeres cubiertas de luto de los pies a la cabeza, una de ellas se acercó a don Quijote y se le echó a los pies tendida de largo a largo, la boca cosida con los pies de don Quijote, y daba unos gemidos tan tristes, tan profundos y tan dolorosos que puso en confesión a todos los que la oían y miraban. A pesar de que los duques pensaron que se trataba de alguna burla de sus criados, dudaron al escuchar los suspiros y las agonías de la mujer, hasta que don Quijote, compasivo, la levantó del suelo e hizo que se descubriese y se quitase el manto que cubría su rostro lloroso.
    Ella lo hizo así y mostró ser lo que jamás se hubiese pensado, se descubrió el rostro de doña Rodríguez, la dueña de casa; la otra era su hija, la burlada del hijo del labrador rico. Todos los que las conocían se quedaron admirados, sobre todo los duques. Finalmente doña Rodríguez habló pidiendo licencia para departir con don Quijote, para así salir del atrevimiento de un mal intencionado (el hombre que burló a su hija). El duque se lo permite y entonces ella se dirige a don Quijote contándole que un mal labrador se ha burlado de su hija y que él le había prometido hacer justicia por ella pero que ahora se acababa de enterar de que quería irse del castillo en busca de buenas aventuras. Continúa diciendo que le gustaría que antes de que se fuese desafíe al hijo del labrador e hiciese que se casase con su hija, en cumplimiento de la palabra que le dio de ser su esposo.
    A estas razones don Quijote respondió que él tomaría el cargo de remediar lo de su hija, a la cual le iría mejor si no se creyese promesas tan a la ligera, pero aún así con licencia del duque dice que partirá en busca de ese desalmado, lo encontrará, lo desafiará y acabará matándolo si no quiere cumplir su palabra.

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  21. A27
    Pregunta 2
    La expresión “lanzar el guante”, significa que se está proponiendo un desafío a otra persona. Lo que quizá no se sabe es que proviene de las normas del duelo, tan típico de nuestro Siglo de Oro: si un cortesano arrojaba un guante a otro a la cara o al pecho se le estaba retando a un duelo, y recogerlo significaba aceptarlo. Esto era prácticamente obligatorio, ya que no aceptarlo significaba la pérdida del honor y la muerte social, casi peor que la muerte física que solía sufrir uno de los duelistas. Pero había manchas de honor que solo se lavaban con sangre. Aún así, la cuestión de dónde salió la costumbre, nadie la sabe, pero no falta quien dice que el guante es lo que pillaba más a mano a la hora de tirar algo al otro. Hoy en día no nos batimos en duelo, pero nos ha quedado la frase en cuestión.

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  22. A27
    Pregunta 3
    Para acabar de regocijar la fiesta y dar buen fin a la comida, entró por la sala el paje que llevó las cartas y presentes a Teresa Panza, mujer de Sancho Panza ,el gobernador. Los duques lo recibieron con mucha alegría y deseosos de saber lo que le había sucedido en su viaje, y preguntándoselo el paje respondió que no lo podía decir tan alegremente en público y que lo dejaran para otro momento a solas, además dijo que se entretuviesen con aquellas cartas que traía, y sacó dos de ellas para ponerlas en manos de la duquesa, una de ellas decía ser para la duquesa “tal”, de “no sé dónde”y la otra para Sancho Panza.
    Los fragmentos que más graciosos me parecen y me gustaron:
    “Aunque, si va a decir verdad, a no venir los corales y el vestido, tampoco yo lo creyera, porque en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro”
    “Y si quisiera que no vaya, que me lo avise con tiempo, porque me están bullendo los pies por ponerme en camino”
    “Pésame cuánto pesarme puede que este año no se han cogido bellotas en este pueblo; con todo eso, envío a vuesa alteza hasta medio celemín, que una a una las fui yo a coger y a escoger al monte, y no las hallé más mayores; yo quisiera que fueran como huevos de avestruz”
    “La que tiene más deseos de ver a Vuestra Señoría que de escribirla”
    “Cuando yo llegue a oír que eres gobernador, me pensé allí caer muerta de puro gozo, que ya sabes tú que dicen que así mata la alegría súbita como el dolor grande”
    “Porque, ¿quien podía pensar que un pastor de cabras había de venir a ser gobernador de ínsulas”
    “Yo procuraré honrarte en ella andando en coche”
    “Unas bellotas envié a mi señora la duquesa; yo quisiera que fuera de oro”

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  24. A2
    Pregunta 1
    Un día mientras don Quijote se encontraba en la mesa preparado para avisar a los duques de su partida, llegan dos mujeres cubiertas de luto de los pies a la cabeza. Una de ellas se arrodilló ante el caballero mientras lloraba y gritaba, don Quijote compasivo la levanta por los hombros y descubre que se trataba de doña Rodríguez, la dueña de la casa, y su hija.
    Esta pidió permiso a los duques para pedir ayuda al caballero , una vez los duques aceptan ella le explica al hidalgo que antes de que se marchase del castillo, desafiase a un mal labrador que se burló de su hija ya que le había prometido convertirse en su esposo pero lo único que hizo fue aprovechase de ella, por lo que le pide que lo busque y le obligue a cumplir su promesa.
    Don Quijote acepta ayudarlas y recomienda a la hija que no crea en promesas fáciles de enamorados, pues son fáciles de prometer pero difíciles de cumplir.

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  25. A2
    Pregunta 2
    Antiguamente lanzar un guante a la cabeza o pecho de alguien era una propuesta de desafío, si el que era golpeado recogía la prenda aceptaba batirse en duelo con el otro. Habitualmente estos desafíos solían ser aceptados pues el negarse significaba la perdía del honor.
    Hoy en día "tirar el guante a alguien" es una expresión utilizada para proponer un desafío (aunque no se tire el guante a esa persona).

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  26. A19
    Pregunta 1 del capítulo 52 de la segunda parte

    Una mañana mientras Don Quijote iba decidido a comunicarle su partida a los duques pues una vida tan ociosa no era para un caballero andante entraron por la puerta dos mujeres vestidas de luto de los pies a la cabeza, y una de ellas, se echó a los pies del caballero llorando hasta que este con gesto compasivo la levantó del suelo y observó que se trataba de Doña Rodríguez y su hija. La señora pidió permiso a los duques para que Don Quijote les ayudase desafiando a un mal labrador que se burló de su hija pues le había prometido casarse con ella pero lo único que hizo fue aprovecharse de ella en lugar de cumplir su palabra. Por ello, doña Rodríguez le pide a Don Quijote que encuentre a este desalmado y le obligue a convertirse en el esposo de su hija tal y como él había prometido.
    Finalmente, Don Quijote acepta esta nueva aventura y responde que remediará lo de su hija obligando al labrador a casarse con ella y lo acabará matando si no quiere cumplir su palabra, sin embargo, le advierte de que le iría mejor si no se creyese las promesas difíciles de cumplir tan a la ligera pues es muy fácil decirlo pero no hacerlo.

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  27. A19
    Pregunta 2 del capítulo 52 de la segunda parte

    En aquella época, lanzar un guante a la cabeza o al pecho consistía en retar a otra persona a un duelo y recogerlo significaba que la persona aceptaba el reto.
    Normalmente, el golpeado con el guante aceptaba siempre pues de no hacerlo significaba la pérdida del honor y la muerte social, además, la mayoría de veces el duelo se daba porque se había producido una ofensa anteriormente. En numerosas ocasiones, uno de los duelistas acababa muriendo durante el combate pues muchas ofensas solo se podían limpiar con sangre.
    Actualmente, conservamos la expresión pero también existen otras que no guardan el mismo significado que "tirar el guante a alguien" aunque mencionan el nombre de esta prenda tan característica como " asentar a alguien el guante" ( cuando alguien da golpes o castiga), "colgar los guantes" ( cuando alguien se retira), entre otras.

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  28. Pregunta 1
    b28
    Aparecieron doña Rodríguez y su hija que buscaban a Don Quijote para que le ayudase y se vengase del hijo de un labrador que había engañado a su hija, ya que este le había jurado que se casaría con ella, pero su promesa al final no se cumplio. El caballero fue en busca del labrador para conseguir ese casamiento, sino fuera asi lo mataria.

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  29. Pregunta 3
    b28
    ¨...en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro, y que sacado de gobernar un hato de cabras, no pueden imaginar para qué gobierno pueda ser bueno...¨.
    ¨Yo procuraré honrarte en ella andando en coche¨.
    ¨Pésame cuánto pesarme puede que este año no se han cogido bellotas en este pueblo; con todo eso, envío a vuesa alteza hasta medio celemín...¨

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  30. CAPÍTULO LII SEGUNDA PARTE

    1. Aparece doña Rodríguez y su hija para pedirle a Don Quijote que haga justicia al asunto del labrador rico. Don Quijote acepta desafiar al labrador y castigarle si no cumple con las promesas que le hizo a la hija de doña Rodríguez.

    2. Lanzar el guante a la cara o al pecho quería decir que proponías un desafío a alguien y recogerlo indicaba que aceptabas ese desafío.

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  31. A24
    Pregunta 1
    Aparece doña Rodríguez con su hija para que Don Quijote les hiciera justicia por la promesa incumplida por el hijo de un labrador que le había prometido casarse con ella pero la engaño e incumplió su promesa. Don Quijote aceptó, para que esa promesa se cumpla, pero si no lo consigue lo mataría.

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  32. Pregunta nº 1:

    Aparecieron dos mujeres de luto, una era doña Rodríguez y la otra, su hija que iban penando por la culpa que les provocaba aquel mal hombre que prometió casar con su hija y llenarla de riquezas. Ruegan al hidalgo que lo desafíe y le haga cumplir la promesa que tan a la ligera hizo. Con el honor que corresponde al hidalgo, este aceptó sin muchos miramientos prometiendo buscar a tal labrador y llevarlo ante la justicia o bien de un juez o bien de su lanza.

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  33. Pregunta nº 2:


    Arrojar el guante/un guante significa incitar y provocar a alguien para que pelee. La costumbre dicta que alguien tiraba un guante como muestra de desafío y que si la otra persona aceptaba debía recoger el guante en señal de aceptación. Esta era una práctica propia de los hidalgo y de tales gentes en épocas pasadas.

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  34. Pregunta nº 3:

    Teresa Panza escribe dos cartas, una para su esposo Sancho y otro para la duquesa. La primera tiene por intención hacerle saber a su marido el estado de sus familia y de su gana de partir hacia la corte y la segunda es un besamanos lleno de agradecimientos a la que con tanta gentileza había hecho entrega a su marido de la ínsula de Barataria.

    " [...] pero a mí no se me da nada; que, como ello sea así, como lo
    es, diga cada uno lo que quisiere; aunque, si va a decir verdad, a no venir los corales y el vestido,
    tampoco yo lo creyera, porque en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro, y que, sacado
    de gobernar un hato de cabras, no pueden imaginar para qué gobierno pueda ser bueno. "

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  35. Cap.LII
    Preg.1

    Quienes aparecen son dos mujeres vestidas de luto,Doña Rodriguez y su hija,lo que le pide la madre es que desafíe al hijo del labrador para que se case con su hija.
    Finalmente Don Quijote acepta,diciendo que es su deber perdonar a los humildes y castigar a los soberbios.

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  36. Cap.LII
    Preg.2

    “Arrojar un guante a otro, en especial a la cara”,es una expresión que significa provocar a alguien para que se peleen.

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  37. Cap.LII
    Preg.3

    El correo que llega es de Teresa Panza.
    Son dos cartas una para hacia la duquesa y la otra para Sancho.

    "...aunque, si va a decir verdad, a no venir los corales y el vestido tampoco yo lo creyera, porque en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro, y que, sacado de gobernar un hato de cabras, no pueden imaginar para qué gobierno pueda ser bueno.”
    “Yo procuraré honrarte en ella andando en coche.”

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  38. C24
    1- Las que aparecieron fueron doña Rodríguez y su hija vestidas de luto, quienes le pedían a Don Quijote que hiciese al labrador que había prometido casarse con la hija cumplir con su palabra. Ante esto el caballero andante dio su palabra a la señora Rodríguez de ponerle remedio a la situación de su hija.

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  39. A23
    Capítulo 52
    Pregunta 2
    Este gesto apareció en la Edad Media donde los caballeros recibían una palmada en la cara cuando se les ordenaba hacer algo, simbolizando que debían aceptar el desafío y regresar victoriosos.
    Se popularizó mayoritariamente en nobles y adinerados, que golpeaban públicamente la cara de su oponente con un guante o lo dejaban caer a los pies del mismo. Si recogía el guante se consideraba que respondía a la provocación del opositor.
     El duelo se desarrollaba por voluntad del desafiante para lavar un insulto u ofensa a su honor. El objetivo no era matar al oponente, sino lograr "satisfacción" restaurando el honor propio, cosa que se obtenía al poner en juego la vida para defenderlo.
    No era ilegal ya que, si estabas en un duelo significaba que pertenecías a una clase social alta porque tenías algo que perder o recuperar y un honor que defender.

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  40. C22

    1. Aparecieron doña Rodríguez y su hija vestidas de luto. La madre le pedía que desafiara al hijo del labrador ya que prometió casarse con ella y llenarla de riquezas pero no lo hizo. Don Quijote aceptó este encargo.

    2. La frase puede significar que estás incitando o provocando a alguien a que pelee contigo.

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  41. C18

    1. Aparecieron Doña Rodríguez y su hija para pedirle otra vez que desafiara al hijo del labrador rico por engañar a su hija ya que oyó que Don Quijote se iba a marchar del castillo. Don Quijote acepta este encargo diciendo que las promesas de enamorados son "ligeras de prometer y muy pesadas de cumplir".

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  42. b12
    pregunta 2
    Esto daba lugar en la Edad Media cuando alguien desafiaba a otra persona si la otra persona recogía el guante aceptaba el desafió y esto se hacia por cuestión de honor.

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  43. C23 p2
    En la edad media se arrojaba un guante a la cara o al pecho para desafiar, provocar o retar a duelo a un adversario.

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  44. B20
    Pregunta 2:
    Arrojar un guante a alguien en la cara o en el pecho especialmente, significaba en la Edad Media que estaban retando a un duelo y si, el guante era recogido significaba que el duelo estaba aceptado. Recoger el guante era casi obligatorio ya que, si no se recogía, significaba la pérdida de honor y la muerte social, que esta era mucho peor que morirse físicamente.

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  45. A18
    Pregunta 1:
    Aparecen dos mujeres vestidas de luto de pies a cabeza, estas eran Doña Rodríguez y su hija.
    La mujer le pide a Don Quijote que desafíe al hijo del labrador rico para contraer matrimonio con su hija. A parte de que ya se lo había pedido anteriormente, volvió a insistirle una vez más ya que escuchó que el caballero se marchaba del castillo.
    Don Quijote termina aceptando lo que ella le pide porque dice que su deber es perdonar a los humildes y castiga a los soberbios.

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  46. A18
    Pregunta 2:
    En la Edad Media, se arrojaba un guante a la cara o al pecho para provocar o retar a un adversario. Si la otra persona cogía el guante significaba que aceptaba el reto.

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  47. 1. Doña Rodríguez quiso ir a hablar con Don Quijote y llorándole a los pies le rogó ayuda pues un mal labrador se había burlado de su hija ya que había prometido casarse con ella, y no lo hizo. El caballero aceptó ayudarlas y les dijo que obligaría al labrador a cumplir lo prometido, de no ser así lo mataría

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  48. 2. Se le atribuía el significado de retar a alguien a un duelo y éste lo aceptaba recogiendo el guante.

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  49. 3. Las cartas estaban destinadas de Teresa Panza, una para la duquesa y otra para Sancho.
    "De que vuestra señoría haya hecho gobernador a Sancho mi consorte ha recibido mucho gusto todo este lugar, puesto que no hay quien lo crea."
    "Dios lo haga y lo encamine como vee que lo han menester sus hijos."

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  50. 19B.

    1: doña Rodríguez aparece acompañada de su hija, que había sido engañada por un labrador que le había prometido casarse con ella. Don Quijote acepta el encargo, que se trataba de obligarle al labrador a cumplir su palabra.

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  51. Preg 3
    Carta de Teresa Panza a la Duquesa
    "(...) De que vuestra señoría haya hecho gobernador á Sancho mi consorte (...) no hay quien lo crea (...) pero á mí no se me da nada, que como ello sea así, como lo es, diga cada uno lo que quisiere; auque si va á decir verdad, á no venir los corales y el vestido, tampoco yo lo creyera (...) y así suplico a vuesa excelencia mande á mi marido me envie algun dinerillo (...) que me dicen mis amigas y mis vecinas, que si yo y mi hija andamos orondas y pomposas en la corte, vendrá a ser conocido mi marido por mí más que yo por él, siendo forzoso que pregunten muchos: ¿Quién son estas señoras deste coche? y un criado mio responder: La mujer y la hija de Sancho Panza, gobernador de la ínsula Barataria y desta manera será conocido Sancho, y yo seré estimada, y á Roma por todo. (...)"

    Carta de Teresa Panza á Sancho Panza
    "(...) pensaba que era todo sueño lo que veía decia mi madre, que era menester vivir mucho para ver mucho: dígolo porque pienso ver más si vivo más, porque no pienso parar hasta verte arrendador ó alcabalero (...)"

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  53. 2. Arrojar el guante es como se desafiaba antes aun duelo a quien te había ofendido. Los orígenes de esta acción vienen de tiempos atrás, más concretamente, en las ceremonias para armar caballeros. En estas ceremonias existía la tradición de darle una palmada en la cara al futuro caballero que se llamaba pescozada, esta simbolizaba la última vez que aceptarías un golpe que no devolverías. Es por eso que cuando arrojabas el guante estabas haciendo un desafío, porque a quien se lo arrojabas perdía su honor si no lo recogía.

    3. "Pésame cuánto pesarme puede que este año no se han cogido bellotas en este pueblo; con todo eso, envío a vuesa alteza hasta medio celemín"

    "aunque, si va a decir verdad, a no venir los corales y el vestido tampoco yo lo creyera, porque en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro, y que, sacado de gobernar un hato de cabras, no pueden imaginar para qué gobierno pueda ser bueno.”

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  54. A5
    3.
    Las cartas las escribe Teresa Panza,la mujer de Sancho. Una de ellas va dirigida a la duquesa y la otra a Sancho Panza.
    Algunas de las frases comicas que podemos encontrar en estas cartas son :
    -“Porque, ¿quien podía pensar que un pastor de cabras había de venir a ser gobernador de ínsulas”
    -"Unas bellotas envía mi señora a la duquesa; yo quisiera que fueran de oro. Envíame tu alguna saltas de perlas y se usan en esa ínsula”
    -"Pésame cuanto pesarme puede que este año no se han cogido bellotas en este pueblo; con todo eso, envío a vuestra alteza hasta medio celemín, que una a una las fui yo a coger y a escoger al monte, y no las hallé más mayores: yo quisiera que fueran como huevos de avestruz."

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  55. C19
    Pregunta 2
    En la Edad Media, golpear a alguien con un guante significaba una invitación a un duelo para resolver una disputa

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  56. A3
    PREGUNTA 2
    Antiguamente, esta expresión ¨lanzar un guante a la cabeza o al pecho de alguien¨ era conocida como una propuesta de desafío. Un hombre era escogido para pelear por otro y esto se lo hacía saber ya que era golpeado por su contrincante con una prenda. Si esta prenda era recogida, significaba la aceptación del reto. Habitualmente era aceptado ya que, si te negabas, era un acto de pérdida del honor.
    Sin embargo, hoy en día tiene un significado parecido. Se trata simplemente de una expresión que transmite desafío, sin hacer falta que este guante sea literalmente lanzado a la otra persona.

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  57. A3
    PREGUNTA 3
    A Tersa Panza le llegaron dos cartas, una para la duquesa, y la ora para Sancho Panza.
    Algunos de los ejemplos más graciosos en la carta a la duquesa son los siguientes:
    -"...aunque, si va a decir verdad, a no venir los corales y el vestido tampoco yo lo creyera, porque en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro, y que, sacado de gobernar un hato de cabras, no pueden imaginar para qué gobierno pueda ser bueno."
    -"... y, así, suplico a vuestra excelencia mande a mi marido me envíe algún dinerillo, y que sea algo qué porque en la corte son los gastos grandes: que el pan vale a real, y la carne, la libra a treinta maravedís, que es un juicio; y si quisiere que no vaya, que me lo avise con tiempo, porque me están bullendo los pies por ponerme en camino..."
    -"Pésame cuanto pesarme puede que este año no se han cogido bellotas en este pueblo; con todo eso, envío a vuestra alteza hasta medio celemín, que una a una las fui yo a coger y a escoger al monte, y no las hallé más mayores: yo quisiera que fueran como huevos de avestruz."

    Por otra parte, en la carta para Sancho Panza:
    -"... que no faltaron dos dedos para volverme loca de contento."
    -"Unas bellotas envié a mi señora la duquesa: yo quisiera que fueran de oro. Envíame tú algunas sartas de perlas, si se usan en esa ínsula."
    -"Hogaño no hay aceitunas, ni se halla una gota de vinagre en todo este pueblo."

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  58. A22 Miriam
    Pregunta 1
    Entraron dos mujeres Doña Rodríguez y su hija.
    Doña Rodríguez le pedía a Quijote que fuera ha hacer justicia por su hija, ya que un labrador rico juró casarse con su hija pero este no cumplió su promesa ya que lo único que buscaba era aprovecharse de ella.Ellas le pidieron que antes de macharse del Castillo y irse en busca de aventuras, se parara para ayudarla con su problema.Don Quijote toma el cargo que se le acaba de dar, y el mismo lo desafiará y hará que cumpla su palabra.

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  59. A22 Miriam
    Pregunta 2
    La acción de lanzarle un guante a alguien o golpearle con el en la cara era sinónimo de retar a alguien a un duelo, a quien se le lanzaba o golpeaba con el si cogía el guante significaba que aceptaba el duelo. Esto era una acción caballeresca de la Edad Media,pero ahora nos hemos queda solo con las expresiones de "lanzar el guante" y "recoger el guante".

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  60. A22 Miriam
    Pregunta 3
    Las cartas que traía el paje eran de Teresa Panza :una para Sancho y la otra para la Duquesa.
    "...aunque, si va a decir verdad, a no venir los corales y el vestido tampoco yo lo creyera, porque en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro, y que, sacado de gobernar un hato de cabras, no pueden imaginar para qué gobierno pueda ser bueno."
    “Pésame cuánto pesarme puede que este año no se han cogido bellotas en este pueblo; con todo eso, envío a vuesa alteza hasta medio celemín, que una a una las fui yo a coger y a escoger al monte, y no las hallé más mayores; yo quisiera que fueran como huevos de avestruz”
    “Unas bellotas envié a mi señora la duquesa; yo quisiera que fuera de oro”

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  61. B26

    Pregunta 1:

    Al encontrarse recuperado de sus heridas nuestro valeroso caballero cree que ya ha pasado suficiente tiempo en esa vida de palacio no propia de un caballero andante se su nivel , con lo que se dispone a solicitar a los Duques su permiso para partir a la aventura (1*) , pero antes de que se diese todo lo programado en la sala se presentan dos mujeres vestidas completamente de luto y una de ellas se coloca a los pies del hidalgo mientras llora y gime profundamente (2*).
    Ante esta situación el Duque pensó que sería algún tipo de broma de sus criados pero movido por la compasión Don Quijote levantó a la mujer y le retiró el velo de la cara , descubriendo así la identidad de esa figura que vestía de luto. Finalmente resultó ser Doña Rodríguez (3*)que tras pedir permiso al Duque para partir con el loco caballero en busca del prometido de su hija (la otra figura de luto) , ya que no cumplió la promesa del matrimonio habiendo previamente yogado con la joven (4*).
    Viendo esa situación , Don Quijote aceptó sin pensarlo , pidiendo antes el consentimiento del Duque para poder retar en duelo a ese malhechor , propuesta la cual consintió facilitando la organización del mismo para que se hiciese según el reglamento (5*).

    1*: «...ya don Quijote sano de sus aruños le pareció que la vida que en aquel castillo tenía era contra toda la orden de caballería que profesaba, y así, determinó de pedir licencia a los Duques para partirse...»
    2*: «Y estando un día a la mesa con los Duques y comenzando a poner en obra su intención y pedir la licencia, veis aquí a deshora entrar por la puerta de la gran sala dos mujeres, […] cubiertas de luto de los pies a la cabeza, y la una dellas llegándose a don Quijote, se le echó a los pies tendida de largo a largo, la boca cosida con los pies de don Quijote, y daba unos gemidos tan tristes, tan profundos y tan dolorosos que puso en confusión a todos los que la oían y miraban...»
    3*: «...los Duques pensaron que sería alguna burla que sus criados querían hacer a don Quijote […] hasta que don Quijote, compasivo, la levantó del suelo y hizo que se descubriese y quitase el manto de sobre la faz llorosa […] descubrió el rostro de doña Rodríguez, la dueña de casa, y la otra enlutada era su hija, la burlada del hijo del labrador rico...»
    4*: «...—Vuesas excelencias sean servidos de darme licencia que yo departa un poco con este
    caballero […] le hiciésedes que se casase con mi hija en cumplimiento de la palabra que le dio de ser su esposo antes y primero que yogase con ella...»
    5*: «... yo tomo a mi cargo el remedio de vuestra hija […] y así, con licencia del Duque mi señor yo me partiré luego en busca dese desalmado mancebo, y le hallaré y le desafiaré […] ...yo le doy por desafiado y tomo a mi cargo de hacerle saber este desafío y que le acete y venga a responder por sí a este mi castillo, donde a entrambos daré campo seguro, guardando todas las condiciones que en tales actos suelen y deben guardarse...»

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