viernes, 29 de marzo de 2019

CAPÍTULO XLI: De la venida de Clavileño, con el fin desta dilatada aventura.

Damas barbadas, gigantes, encantadores, duques, magos... ¿cabe algo más en esta historia? pues llega uno de los capítulos más increíbles y divertidos; y por si faltaba algo, un caballo volador. Disfrutadla.

1- Llega Clavileño, ¿quién lo trae?

2- Copia unas líneas en las que se observen los temores de Sancho y sus reticencias sobre montar en el caballo.
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3- Antes de montarse en Clavileño, don Quijote le recuerda a su escudero que debe cumplir una obligación que aún no ha satisfecho completamente, ¿cuál?

3- Cuando Sancho se queja de la dureza del caballo, la Trifaldi le aconseja "ponerse a mujeriegas", ¿a qué se refiere?

4- Describe los recursos que utilizan los duques y los allí presentes para hacer creer a don Quijote y Sancho que están volando en el caballo de madera.

5- ¿Cómo fue el supuesto aterrizaje?

6- Al abrir los ojos, ¿qué vieron?

7- ¿Qué cuenta Sancho a la duquesa? ¿qué indica esto de la personalidad de Sancho?


110 comentarios:

  1. 1C. Pregunta 1.
    La noche en la que el caballo Clavileño debía presentarse junto don Quijote y Sancho, a deshora de cuando convenía, aparecieron cuatro salvajes con un caballo de madera sobre sus hombros, y así es como Clavileño llegó.

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  2. 1C. Pregunta 3.
    Don Quijote aparta a Sancho entre unos arbustos y le dice que se retire durante un rato, excusándose de que necesita buscar cosas para la aventura; y acabe de darse los azotes a los cuales se había comprometido tiempo atrás.

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  3. C24
    5/6- El Duque y la Duquesa pegaron fuego a Clavileño por la cola, y al estar el cabballo lleno de cohetes hizo que este saliera por los aires. A causa de esto Don Quijote y Sancho dieron en el suelo medio chamuscados. Mientras se iban levantando pudieron ver que curiosamente habían aterrizado en el mismo sitio que habían despegado, y observaron también la cantidad de gente desmallada qus había en el jardín, pero lo más importante fue la lanza que estaba hincada en el suelo y tenía unos cordones en los que ponía: "Malambruno se da por contento y satisfecho a toda su voluntad, y las barbas de las dueñas ya quedan lisas y mondas, y los reyes don Clavijo y Antonomasia, en su prístino estado. Y cuando se cumpliere el escuderil vápulo, la blanca paloma se verá libre de los pestíferos girifaltes que la persiguen, y en brazos de su querido arrullador; que así está ordenado por el sabio Merlín, protoencantador de los encantadores."

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  4. Llegó la noche y con ella llegaron por el jardín cuatro salvajes vestidos, todos de verde yedra, que sobre sus hombros traían un gran caballo de madera y dejaron a Clavileño

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  5. B18
    PREGUNTA 1 :
    Lo traen cuatro salvajes, vestidos todos de verde yedra, entraron por el jardín.

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  6. Pregunta nº 1:

    Clavileño llega a los hombros de cuatro "salvajes" que indicaron al hidalgo que en la máquina deberían montarse si quería cumplir con la misión que liberaría a las dueñas del lugar de sus peludas vidas.

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  7. Pregunta nº 2:

    " –Eso no haré yo –dijo Sancho–, ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera; y si es que este rapamiento no se puede hacer sin que yo suba a las ancas, bien puede buscar mi señor otro escudero que le acompañe, y estas señoras otro modo de alisarse los rostros; que yo no soy brujo, para gustar de andar por los aires. "

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  8. Pregunta nº 3:

    El hidalgo se lleva a su escudero cerca de unos arbustos para recordale que ha de cumplir con la pena de los azotes antes de marchar para la aventura. Como no puede ser de otra manera, Sancho rechaza una vez más tan injusta sentencia.

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  9. Pregunta nº 4:

    Los artífices del engaño usaron enormes fuelles para simular la velocidad y el viento a tales grandes alturas y cohetes para simular la llamada "región del fuego".

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  10. Pregunta nº 5:

    Al estallar todos los cohetes, caballero e hidalgo salieron despedidos del antes caballo de madera del que ahora solo restaba prácticamente el recuerdo de su forma.

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  12. Pregunta nº 6:

    Quedaron brevemente inconscientes y al abrir los ojos, tal fue su sorpresa al descubrir que no se habían movido del jardín del que habían partido.

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  13. Pregunta nº 7:

    Sancho le dice a la duquesa que no pudo soportar no mirar por debajo del antifaz y que vio allí abajo, la tierra y las gentes menguadas. Cuenta también que pasó tres cuartos de hora con unas cabras de lana peculiar pues sus colores no eran otros que el azul, verdes, rojas y mezcla.

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  14. Pregunta 1
    A4
    Clavileño es traído por cuatro salvajes que les indican a Sancho y a Don Quijote lo que tienen que hacer.

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  15. Pregunta 1.


    Cuatro salvajes traen a Cavileño sobre sus hombros.

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  16. Pregunta 6.

    Después del período de breve inconsciencia, descubrieron que estaban en el mismo jardín de donde habían salido.

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  17. c4
    Pregunta 3
    don Quijote antes de montar en Clavileño cogió a sancho y lo aparto para decirle que al no saber cuanto tiempo iban a estar de viaje seria mejor no dejar las cosas a medias con lo que le pidió que hiciese como que se le había olvidado algo dentro y se diese los azotes que le faltaban o como mínimo unos quinientos a lo que sancho le respondió que ya vería porque el asiento del caballo ya era incomodo como para ir con el dolor de los azotes.

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  18. B10
    Pregunta 1:
    Cavileño llega con cuatro caballeros con un caballo de madera, y entran por el jardín.

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  19. B10
    Pregunta 3:
    Don Quijote aparta a Sancho hacia un arbusto poniendo de excusa que necesita buscar cosas para tal aventuran pero en realidad es para terminar de darle los azotes a los que Sancho se había comprometido a llevar, cosa que este rechaza.

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  20. B10
    Pregunta 5:
    Al estallar todos los cohetes, los dos salieron despedidos.

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  21. B10
    Pregunta 6:
    Al caer al suelo quedaron inconscientes pero cuando abrieron los ojos se dieron cuenta de que no se habían movido ni un paso.

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  22. Cap.XLI
    Preg.1

    Un poco más tarde de lo previsto,finalmente aparecieron cuatro salvajes con un caballo de madera (Clavileño)sobre sus hombros.
    Estos les indican a Don Quijote que deben montar en este,para así poder salvar a las damas.

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  23. Cap.XLI
    Preg.2

    “ -No más, señor -dijo Sancho-: yo soy un pobre escudero y no puedo llevar a cuestas tantas cortesías; suba mi amo, tápenme estos ojos y encomiéndenme a Dios, y avísenme si cuando vamos por esas altanerías podré encomendarme a Nuestro Señor o invocar los ángeles que me favorezcan”.

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  24. Cap.XLI
    Preg.3

    Don Quijote lleva a Sancho cerca de unos arbustos,y le dice que debe cumplir con la pena de los azotes antes de marchar a la aventura,entonces Sancho se lo niega.

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  26. Cap.XLI
    Preg.4

    Lo que utilizaron los presentes para engañar a Don Quijote y Sancho fueron,grandes fuelles que simulaban el viento y velocidad,y cohetes para hacer impresión de la región del fuego.

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  27. Cap.XLI
    Preg.5

    El duque y la duquesa le pusieron los cohetes en la cola del caballo,cuando estallaron todos los cohetes, Don Quijote y Sancho salieron disparados del caballo de madera.
    Así fue el aterrizaje.

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  28. Cap.XLI
    Preg.6

    Al “despertar”,se dieron cuenta de que seguían en el mismo sitio que al principio,que no se habían movido,a su al rededor había mucha gente desmallada,y a una lanza hincada en el suelo,con un mensaje.

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  29. Cap.XLI
    Preg.7

    Lo que le cuenta Sancho a la duquesa es que no puede soportar no mirar por debajo del antifaz y que al hacerlo vio la tierra y las gentes más pequeñas,a su vez le dice que pasó tres cuartos de hora con unas cabras de lana peculiar ya que sus colores e lana eran azul, verde,roja.

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  30. C 17
    1. Lo traen cuatro salvajes sobre los hombros.

    2. "Aquí yo no subo, porque ni tengo ánimo ni soy caballero."
    "Eso no haré yo, ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera; y si es que este rapamiento no se puede hacer sin que yo suba a las ancas, bien puede buscar mi señor otro escudero que le acompañe, y estas señoras otro modo de alisarse los rostros; que yo no soy brujo para gustar de andar por los aires. Y ¿qué dirán mis insulanos cuando sepan que su gobernador se anda paseando por los vientos? Y otra cosa más: que habiendo tres mil y tantas leguas de aquí a Candaya, si el caballo se cansa o el gigante se enoja, tardaremos en dar la vuelta media docena de años, y ya ni habrá ínsula, ni ínsulos en el mundo que me conozcan."

    3. Don Quijote le pide que se de los azotes que le faltan para cumplir los tres mil trescientos, porque no saben cuando va a encontrar otro momento en el que se los pueda dar.

    3(2º). Le dice a Sancho que se ponga como las mujeres, que se siente de lado.

    4. Para darles aire utilizan unos grandes fuelles, con unas estopas les dan calor.

    5. Para simular el aterrizaje prendieron fuego a la cola del caballo que, como estaba lleno de cohetes tronadores, voló por los aires y don Quijote y Sancho cayeron al suelo.

    6. Cuando abrieron los ojos se dieron cuenta de que estaban en el mismo jardín del que habían partido, pero había mucha gente tirada en el suelo y una lanza con una nota, que decía que el caballero había cumplido su misión.

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  31. Pregunta 1:

    Don Quijote ya estaba cansado de esperar por el caballo de madera, Clavileño; por la noche, aparecieron unos salvajes vestidos con yedra verde en el jardín, que fueron los encargados de llevarle a Don Quijote el caballo.

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  32. Pregunta 3(1):

    Don Quijote le pide a Sancho que se de los azotes que debía darse si quería romper el encantamiento de las damas.

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  33. Pregunta 3(2):

    "Ponerse a mujeriegas" consiste en sentarse sobre el caballo de lado.
    Esta frase se utiliza, ya que anteriormente las mujeres únicamente llevaban faldas, por lo que se sentaban de lado cuando iban en caballo.

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  34. Pregunta 4:

    Los duques utilizan un fuelle para darles aire, y por lo tanto una sensación de velocidad, como si el caballo volase. También utilizan cohetes.

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  35. CAPITULO XLI:

    Pregunta nº 1:

    -Lo traen cuatro salvajes con un caballo de madera sobre sus hombros.

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  36. CAPITULO XLI:

    Pregunta nº 5:

    -Con el estallido de los cohetes, don Quijote y Sancho salieron despedidos, aterrizando así en el suelo.

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  37. CAPITULO XLI:

    Pregunta nº 6:

    -Al poder abrir los ojos después de quedar inconscientes por el aterrizaje, don Quijote y Sancho pudieron observar que se hallaban en el mismo lugar donde se encontraban al despegar.

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  38. A27
    Pregunta 1
    Llegó la noche y con ella el punto determinado en que el famoso caballo de madera, Clavileño, viniese. La tardanza de su llegada fatigaba a don Quijote, que pensaba que o Malambruno se detenía en enviarle o bien que él no era el caballero para quien estaba hecha esa aventura. Pero enseguida entraron por el jardín cuatro salvajes, vestidos todos de verde yedra, que sobre sus hombros traían un gran caballo de madera. Lo pusieron de pies en el suelo y uno de ellos dijo: “Suba sobre esta máquina el que tuviere ánimo para ello”

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  39. A27
    Pregunta 2
    “Eso no haré yo - dijo Sancho -, ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera; y si es que este rapamiento no se puede hacer sin que yo suba a las ancas, bien puede buscar mi señor otro escudero que le acompañe, y estas señoras otro modo de alisarse los rostros; que yo no soy brujo para gustar de andar por los aires. Y, ¿que dirán mis insulanos cuando sepan que su gobernador se anda paseando por los vientos? Y otra cosa más: que habiendo tres mil y tantas leguas de aquí a Candaya, si el caballo se cansa o el gigante se enoja, tardaremos en dar la vuelta media docena de años, y ya ni habrá ínsula, ni ínsulos en el mundo que me conozcan: y pues se dice comúnmente que en la tardanza va el peligro” . “Quiero decir que bien me estoy en esta casa, donde tanta merced se me hace”
    En este fragmento podemos ver claramente el miedo de Sancho, intentando dar argumentos para no subirse al caballo.

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  40. Pregunta 1
    Llegaron cuatro salvajes vestidos de verde yedra, que sobre sus hombros traían un gran caballo de madera y dejaron a Clavileño

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  41. Pregunta 2
    "Aquí yo no subo, porque ni tengo ánimo ni soy caballero."
    "Eso no haré yo, ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera;y si es que este rapamiento no se puede hacer sin que yo suba a las ancas, bien puede buscar mi señor otro escudero que le acompañe, y estas señoras otro modo de alisarse los rostros; que yo no soy brujo para gustar de andar por los aires. Y ¿qué dirán mis insulanos cuando sepan que su gobernador se anda paseando por los vientos? Y otra cosa más: que habiendo tres mil y tantas leguas de aquí a Candaya, si el caballo se cansa o el gigante se enoja, tardaremos en dar la vuelta media docena de años, y ya ni habrá ínsula, ni ínsulos en el mundo que me conozcan."

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  42. Pregunta 3
    Cuando estallaron los cohetes salieron los dos volando y acabaron en el suelo

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  43. A27
    Primera pregunta 3
    Don Quijote afirma que nunca ha visto a Sancho con tanto temor como en esta situación, pero aún así le dice a Sancho que se acerque, que quiere hablarle de algo. Apartándose entre unos árboles del jardín don Quijote le dijo a Sancho que les esperaba un largo viaje y sabe Dios cuando volverán y por ello quiere que Sancho se retire a su aposento, haciendo como que va a buscar alguna cosa necesaria para el camino, y que se diese, a buena cuenta, los tres mil y trescientos azotes a los que está obligado. Sancho le dice que no tiene razón y que a la vuelta le promete darse prisa en cuando a su obligación para que se contente.

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  44. A27
    Segunda Pregunta 3
    Trifaldi le dice a Sancho que lo único que podía hacer era ponerse a mujeriegas, ya que así no sentiría tanto la dureza. Ir sentado a mujeriegas se refiere a ir sentado con las piernas para un lado de la caballería, como solían hacer antes las mujeres, lo cual debe ser bastante incómodo e inseguro. Esto hizo Sancho y se dejó vendar los ojos.

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  45. B24

    Pregunta 6: Al abrir los ojos, después de haber estado inconsistentes, se dieron cuenta de que no se habian movido del jardín en el que estaban anteriormente.

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  47. A16
    Capítulo 41, respuesta a la pregunta 2:
    Sancho muestra su negación hacia la idea de montarse en el caballo, como por ejemplo cuando dice “Aquí yo no subo, porque ni tengo ánimo ni soy caballero” o más adelante cuando dice respondiéndole a don quijote, quien si estaba dispuesto a hacerlo “Eso no haré yo, ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera; y si es que este rapamineto no se puede hacer sin que yo suba las ancas, bien puede buscar mi señor otro escudero que le acompañe, y esta señora es otro modo de alisarse los rostros; que no soy brujo para gustar de andar por los aires.” Y pone como argumento para reforzar la negación “¿ qué dirán mis ínsulanos cuando sepan que su gobernador se anda paseando por los vientos?”
    Es aquí donde se saca el tema de la ínsula, que pronto le pone contestación el duque.

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  48. A16
    Capítulo 41, respuesta a la pregunta 1:
    Entraron por el jardín cuatro salvajes, todos ellos vestidos de verde yedra, que sobre sus hombros traían un gran caballo de madera. Cuando le pusieron los pies en el suelo uno de ellos dijo “suba sobre esta máquina el que tuviere ánimo para ello”.
    Clavileño es, pues, este cabello de madera **.

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  49. A27
    Pregunta 4
    Para hacerle creer que están volando utilizaron unos grandes fuelles que hacían aire. Don Quijote le dice a Sancho que deben de estar llegando a la segunda región del aire, donde están las nieves, los truenos, los relámpagos y los rayos. En esto, con unas estopas ligeras de encenderse y apagarse, desde lejos, pendientes de una caña, les calentaban los rostros. Así cree don Quijote que están llegando a la tercera región del aire, donde está el fuego.

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  50. A27
    Pregunta 5
    Todas estas pláticas de los dos valientes las oían el duque, la duquesa y los del jardín, las cuales les causaban un extraordinario contento. Queriendo dar remate a la extraña y bien fabricada aventura, le prendieron fuego con unas estopas a la cola de Clavileño, el caballo de madera, y al punto, por estar el caballo lleno de cohetes tronadores, voló por los aires, con extraño ruido, que hizo acabar por los suelos y medio chamuscados a don Quijote y a Sancho Panza. Durante este tiempo ya habían desaparecido del jardín todo el barbado escuadrón de las dueñas, y los de jardín quedaron como desmayados, tendidos por el suelo.

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  51. A16
    Capítulo 41, respuesta a la pregunta 3(1):
    Don Quijote pide permiso para alejarse y hablar a solas con su escudero. El motivo de esta conversación intencionada es aconsejar a Sancho para que acabe con su obligación, y se vaya a sus aposentos antes de partir, y cumpla con la condena de los azotes, o al menos que se limite a dar quinientos.
    Sancho responde como un loco diciendo que cómo se va a dar los azotes antes de partir, teniendo que ir sentado en aquella tabla rasa del caballo.

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  52. A27
    Pregunta 6
    Después de lo ocurrido, explicado en la anterior pregunta, don Quijote y Sancho se levantaron maltrechos, y mirando a todas partes se quedaron atónitos al verse en el mismo jardín de donde habían partido, y de ver tendido por tierra a tanta gente. Creció más su admiración cuando a un lado del jardín vieron hincada una gran lanza en el suelo, y pendiente della y de dos cordones de seda verde un pergamino liso y blanco, en el cual, con grandes letras de oro había algo escrito.

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  53. A16
    Capítulo 41, respuesta a la pregunta 3(2):
    En cuanto Sancho subió y se acomodó lo mejor que pudo en las ancas, las encontró algo duras y le pidió al duque que, si fuese posible, le pasase algún cojín o alguna almohada, para hacerlo un poco más cómodo el asiento.
    A esto dijo la Trifaldi que no haria falta ningún cojín ni almohada, sino que simplemente se pusiera a mujeriegas. Esto significa: sentarse en la silla de montar con las dos piernas hacia uno de los dos lados y no a horcajadas.

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  54. A27
    Pregunta 7
    La duquesa le preguntó a Sancho cómo le había ido en aquel largo viaje, a lo cual Sancho respondió que él sintió que iban volando por la región del fuego, y quiso descubrirse un poco los ojos pero su amo, a quien le había pedido permiso para hacerlo, se lo negó. Aún así dice que él no pudó evitar ser curioso y sin que nadie lo viese, por junto sus narices apartó todo lo que le tapaba el pañizuelo, y por ahí miró hacia la tierra, y le pareció que toda ella era más pequeña que un grano de mostaza, y que los hombres que andaban sobre ella eran poco más grandes que unas avellanas, por lo que añade que debían de ir muy alto.

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  55. A16
    Capítulo 41, respuesta a la pregunta 4:
    Tanto Sancho como don Quijote se cubrieron el rostro en cuanto se subieron al caballo. Cuando supuestamente su aventura en aquel caballo volador había comenzado, la gente que estaba allí presente comenzó a gritar a voces, simulando lejanía, cosas como “ ¡ya comenzaste a suspender y admirar a cuantos días de la tierra se está mirando!”, “¡ ya, ya vais por esos aires, rompiéndolos con más velocidad que una saeta!”
    No obstante Sancho comienza a sospechar, ya que le pregunta al caballero que como puede decir la gente que van tan altos si el mismo puede escuchar sus voces, que parece que están justo al lado suya.
    Sancho notó un viento recio azulado, que si ni la van como mil fuelles soplándole. Y así era ya que unos grandes fuelles estaban haciendo aire, ya que el Duque y la duquesa junto con su mayordomo detallaban cada elemento de la aventura que estaban creando.
    En esto, con unas estopas ligeras de encenderse y apagarse, desde lejos, pendientes de una caña, les calentaban los rostros tanto a Sancho como el caballero.

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  56. A16
    Capítulo 41, respuesta a la pregunta 5:
    Para simular un aterrizaje ya que el duque y la duquesa querían rematar aquella extraña y bien montada, por la cola del Clavileño pusieron fuego con unas estopas, y como el caballo estaba lleno de cohetes tronadores, todo voló por los aires con extraños ruido provocando que don Quijote y su escudero cayesen en el suelo medio chamuscados.

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  57. A16
    Capítulo 41, respuesta a la pregunta 6:
    Cuando ambos se levantaron del suelo miraron en todas las direcciones hasta quedar atónitos al verse en el mismo jardín donde habían partido. Aunque su admiración creció más en cuanto vieron al lado del jardín, hincada en el suelo, una gran lanza en el suelo con un pergamino. Se acercaron a leerlo y en el ponía un texto que comentaba diciendo “El ínclito don Quijote de la Mancha feneció y acabó la aventura de la condesa Trifaldi...”
    Después de que don Quijote hubiese leído el pergamino entendió que hablaba del desencanto de dulcinea, y dió gracias al cielo de que con tan poco peligro hubiese acabado tan gran hecho.

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  58. A16
    Capítulo 41, respuesta a la pregunta 7:
    Sancho y la duquesa comenzaron a hablar y el escudero acabó contándole que mientras estaban en el aire pasando la región del fuego, le pidió permiso al caballero para destaparse los ojos. Éste le dijo que no lo hiciese, que deberían mantener los ojos vendados. Aun así Sancho confiesa qué como él es una persona curiosa no pudo evitar no mirar y entonces apartó la venda por la parte de la nariz y pudo observar la tierra a lo lejos, viendo lo pequeña que quedaba.

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  59. A19
    Pregunta 2 del capítulo 41 de la segunda parte

    En este capítulo podemos apreciar numerosos comentarios realizados por Sancho que dejan ver el miedo que siente y los argumentos que ofrece para no subirse al caballo de madera...
    "Aquí -dijo Sancho- yo no subo, porque ni tengo ánimo ni soy caballero" negándose a subir al caballo mientras que su amo si estaba dispuesto a hacerlo o cuando más adelante dice: "Eso no haré yo -dijo Sancho-, ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera; y si es que este rapamiento no se puede hacer sin que yo suba a las ancas, bien puede buscar mi señor otro escudero que le acompañe, y estas señoras otro modo de alisarse los rostros; que yo no soy brujo, para gustar de andar por los aires. Y ¿qué dirán mis insulanos cuando sepan que su gobernador se anda paseando por los vientos?". Donde utiliza como argumento el tema de su ínsula para no montarse a lomos del caballo y además refuerza añadiendo:"; quiero decir que bien me estoy en esta casa, donde tanta merced se me hace y de cuyo dueño tan gran bien espero como es verme gobernador.". Pero el duque le contesta dejándolo así sin más argumentos y sin otra opción que continuar con la aventura.

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  60. A19
    Pregunta 3 (primera) del capítulo 41 de la segunda parte

    A pesar del temor que tenía Sancho por la aventura que estaban a punto de emprender a lomos de un caballo de madera, Don Quijote le pide que se acerque pues quiere hablar con él sobre un tema.
    Entre los árboles del jardín, nuestro caballero le insiste a Sancho en que su nuevo viaje será muy largo y no saben cuándo regresarán, por lo tanto, le pide que se disculpe y aproveche para ir a sus aposentos para recibir los tres mil y trescientos azotes (con la condición de hacerse un poco de sangre) a los cuales está obligado. Sancho le contesta que carece de razón pues no va a ir sentado en el caballo después de recibir los numerosos azotes y que cuando regresen cumplirá con el trato.
    Finalmente, Don Quijote acepta pues considera que su escudero es un hombre en el que puede confiar aunque sea un poco tonto.

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  61. B21
    capítulo 41 pregunta 1
    Clavileño llegó sobre los hombros de cuatro salvajes que le indican a Sancho y a Don Quijote lo que tienen que hacer.

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  62. B21
    capítulo 41 pregunta 3
    Don Quijote se lleva a Sancho a unos arbustos para recordarle que tiene que seguir con los azotes antes de irse de aventura, pero Sancho se niega a tan dura sentencia.

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  63. A19
    Pregunta 3 (segunda) del capítulo 41 de la segunda parte

    Tras la queja de Sancho sobre la dureza del caballo, Trifaldi utiliza la expresión: "ponerse a mujeriegas". Con esta frase se refiere a sentarse de lado sobre el caballo para no notar tanto la dureza, era muy utilizada antiguamente pues las mujeres solían hacerlo debido a que acostumbraban llevar faldas o vestidos. Finalmente, Sancho decide sentarse de ese modo y taparse los ojos.

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  64. A11
    Capítulo XLI Pregunta 1
    1) El caballo de madera llega a los hombros de cuatro salvajes, los cuales le indican al hidalgo los pasos que ha de seguir para liberar a las damas del reino de Candaya del encantamiento del gigante Malambruno.
    5) Al estallar los cohetes Don Quijote y Sancho salen despedidos del caballo, del cual restarán solo pedazos debido a la gran explosión.
    6) Al abrir los ojos descubrieron que seguían en el mismo sitio del cual habían partido, pero esta vez había gente por los suelos y una lanza con una nota que decía que el hidalgo había cumplido con su misión.

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  65. CAPÍTULO XLI SEGUNDA PARTE

    3. (El primer 3) Don Quijote le recuerda a Sancho que tiene cumplir con los azotes para desencantar a Dulcinea. Como van a viajar en el caballo, don Quijote le recomienda que se de unos quinientos azotes antes de salir para ir adelantando el trabajo.

    3. (El segundo 3) Se refiere a que se siente del lado en vez de a horcajadas.

    4. Para empezar les vendan los ojos. Luego utilizan fuelles para darles aire y también fuego, para hacerles creer que están muy alto.

    5. Fue un tanto estrepitoso, porque le prendieron fuego a la cola del caballo y este salió volando por los aires con Don Quijote y Sancho encima.

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  66. A24
    Pregunta 6
    Al caer se quedaron inconscientes, al despertar abrieron los ojos y se dieron cuenta de no se habían movido del lugar
    Pregunta 1
    En el jardín entraron 4 salvajes que vestían de color yedra y que venían con el caballo de madera y les dijeron al hidalgo y Sancho que debían hacer para liberar a las damas del reino de Candaya

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  67. A2
    Pregunta 1
    Después de una tardanza que fatigaba a don Quijote pues este empezaba a pensar que el podría no ser el caballero para la cual estaba guardada esa aventura o que Malambruno no osaba ir con él a esa batalla, llegan (a deshora) cuatro salvajes, vestidos todos de verde yedra, que mientras atravesaban el jardín llevaban sobre sus hombros un gran caballo de madera, Clavileño el Alígero.

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  68. A2
    Pregunta 6
    Después de levantarse don Quijote y Sancho del suelo medio chamuscados, miraron a todas partes para luego quedarse atónitos al verse en el mismo jardín de donde había partido y de ver tendida en la tierra a tanta gente. Luego ambos vieron a un lado del jardín una gran lanza la cual estaba hincada en el suelo y de donde pendía con dos cordones de seda verde un pergamino liso y blanco en el que con grandes letras de oro estaba escrito que habían conseguido romper el hechizo.

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  69. A17
    Pregunta 1
    Clavileño llegó durante la noche, lo trajeron cuatro salvajes vestidos de verde yedra sobre sus hombros.

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  70. A17
    Pregunta 2
    Las líneas en las que podemos observar los temores de Sancho son las siguientes:
    “-Aquí -dijo Sancho- yo no subo, porque ni tengo ánimo ni soy caballero.”

    “-Eso no haré yo -dijo Sancho-, ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera; y si es que este rapamiento no se puede hacer sin que yo suba a las ancas, bien puede buscar mi señor otro escudero que le acompañe, y estas señoras otro modo de alisarse los rostros; que yo no soy brujo, para gustar de andar por los aires. Y ¿qué dirán mis insulanos cuando sepan que su gobernador se anda paseando por los vientos? Y otra cosa más: que habiendo tres mil y tantas leguas de aquí a Candaya, si el caballo se cansa o el gigante se enoja, tardaremos en dar la vuelta media docena de años, y ya ni habrá ínsula ni ínsulos en el mundo que me conozan; y, pues se dice comúnmente que en la tardanza va el peligro, y que cuando te dieren la vaquilla acudas con la soguilla, perdónenme las barbas destas señoras, que bien se está San Pedro en Roma; quiero decir que bien me estoy en esta casa, donde tanta merced se me hace y de cuyo dueño tan gran bien espero como es verme gobernador.”

    “Yo soy un pobre escudero y no puedo llevar a cuestas tantas cortesías; suba mi amo, tápenme estos ojos y encomiéndenme a Dios, y avísenme si cuando vamos por esas altanerías podré encomendarme a Nuestro Señor o invocar los ángeles que me favorezcan.”

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  71. A17
    Pregunta 3
    Don Quijote aparta a Sancho de los demás para poder hablar con el, y le pide que se vaya a su aposento con la excusa de que necesita buscar cosas necesarias para el camino, y que cuando esté allí, se dé los tres mil trescientos azotes que tenía pendientes y no ha cumplido.

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  72. C18
    4.Para hacerles creer de la sensación de velocidad y de el viento utilizaron unos grandes fuelles y luego con unas estopas de encenderse y apagarse sujetadas con una caña les calentaron la cara para hacerles creer que se acercaban a la tercera región del aire donde se encontraba el fuego.

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  73. Pregunta 1
    b28
    Lo traen uno salvajes que vestian unas yedras verdes sobre sus hombros.

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  74. Pregunta 2
    b28
    ¨Eso no haré yo, ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera, y si es que este rapamiento no se puede hacer sin que yo suba a las ancas...¨
    ¨Quiero decir que bien me estoy en esta casa, donde tanta merced se me hace...¨

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  75. Pregunta 5
    b28
    El aterrizaje se produjo porque el duque y la duquesa se dispusieron a ponerle los cohetes en la cola del caballo para que cuando estallasen , el amo y el caballero saliesen disparados del caballo de madera.

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  76. Pregunta 7
    b28
    Sancho le hace saber a la duquesa que no soporta no mirar por debajo del antifaz y que cuando lo hacia parecia que la tierra y la gente eran mas pequeñas.

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  77. C23 p1
    Si, llega.
    Lo traen unos salavajes sobre sus hombros.

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  78. C23 p6
    Después del tiempo de inconsciencia, se dieron cuenta de que estaban
    en el mismo jardín donde habían salido.

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  79. A8.
    Capítulo 41, pregunta 1:
    A Clavileño lo trajeron cuatro salvajes, que iban vestidos enteros de hiedra verde, sobre sus hombros. Uno de ellos explicó que ese era el caballo en el que tenían que montar para poder deshacer el hechizo al que estaban sometidas todas las damas del reino de Candaya.

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  80. A8.
    Capítulo 41, pregunta 2:
    —Aquí —dijo Sancho— yo no subo, porque ni tengo ánimo ni soy caballero.
    —Eso no haré yo —dijo Sancho— ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera; y si es que este rapamiento no se puede hacer sin que yo suba a las ancas, bien puede buscar mi señor otro escudero que le acompañe, y estas señoras otro modo de alisarse los rostros; que yo no soy brujo para gustar de andar por los aires.
    —No más, señor —dijo Sancho—: yo soy un pobre escudero y no puedo llevar a cuestas tantas cortesías. Suba mi amo, tápenme estos ojos y encomiéndenme a Dios, y avísenme si cuando vamos por esas altanerías, podré encomendarme a nuestro Señor o invocar los ángeles que me favorezcan.
    —¡Ea, pues —dijo Sancho—, Dios me ayude y la Santísima Trinidad de Gaeta!

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  81. A8.
    Capítulo 41, pregunta 3 (primera):
    Don Quijote le recuerda a Sancho que debe cumplir los tres mil trescientos azotes a los que está obligado a darse a él mismo, ya que no sabe cuanto tiempo tardarán en volver.
    Sancho, molesto, le contesta que lo hará en cuanto vuelvan de deshacer el encantamiento.

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  82. A8.
    Capítulo 41, pregunta 3 (segunda):
    A lo que se refiere Trifaldi con "ponerse a mujeriegas" es a que Sancho se siente de lado en el caballo.
    Esto lo solían hacer antes las mujeres debido a la vestimenta que llevaban puesta.

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  83. A8.
    Capítulo 41, pregunta 4:
    Con ayuda de unos fuelles grandes, simulaban el viento, creando una sensación de velocidad, haciendo creer a Don Quijote y a Sancho que estaban volando. Don Quijote le dijo a Sancho que les faltaba poco para llegar a la segunda región del aire, dónde se formaba el granizo y las nieves, los truenos, los rayos... Y que si seguían subiendo, iban a llegar a la región del fuego.
    Para hacerles creer que estaban llegando a la tercera región del aire utilizaron unas estopas ligeras de encenderse y apagarse, que proporcionaban calor.

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  84. A8.
    Capítulo 41, pregunta 5:
    Para aterrizar, el duque, la duquesa y los del jardín prendieron fuego a la cola de Clavileño, y debido a que el caballo estaba cubierto de cohetes, salió volando por los aires, haciendo que Don Quijote y Sancho quedaran tirados en el suelo medio chamuscados.

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  85. A8.
    Capítulo 41, pregunta 6:
    Don Quijote y Sancho se levantaron atónitos mirando hacia todos lados ya que no entendían porque seguían en el mismo lugar de donde habían partido y tampoco comprendían que hacía tanta gente tirada en el suelo.
    Lo que más les sorprendió fue una gran lanza que vieron hincada en el suelo, a un lado del jardín, de la que colgaba de ella y de dos cordones de seda verde un pergamino liso y blanco, en el cual, con grandes letras de oro, estaba escrito:
    "El ínclito caballero don Quijote de la Mancha feneció y acabó la aventura de la condesa Trifaldi, por otro nombre llamada la dueña Dolorida, y compañía, con sólo intentarla.
    Malambruno se da por contento y satisfecho a toda su voluntad, y las barbas de las dueñas ya quedan lisas y mondas, y los reyes don Clavijo y Antonomasia en su prístino estado. Y cuando se cumpliere el escuderil vápulo, la blanca paloma se verá libre de los pestíferos gerifaltes (que la persiguen, y en brazos de su querido arrullador,— (que así está ordenado por el sabio Merlín, protoencantador de los encantadores."

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  86. A8.
    Capítulo 41, pregunta 7:
    Sancho le contó a la duquesa que él sentía que iban volando por la región del fuego y que en ese momento quiso destaparse los ojos, pero su amo no se lo permitió, por lo que no lo hizo.
    Aún así, sentía cierta curiosidad por saber cómo se veía la tierra en ese momento desde allí arriba, por lo que sin que nadie se enterase, se levantó un poco la venda, viendo lo pequeña que era la tierra desde donde se encontraba él.

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  87. A25

    Capítulo XLI

    1-Clavileño es traído por cuatro salvajes que les indican a Sancho y a Don Quijote lo que tienen que hacer.

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  88. A10
    -Pregunta 2:
    “-Aquí -dijo Sancho- yo no subo, porque ni tengo ánimo ni soy caballero.”
    "—No más, señor —dijo Sancho—: yo soy un pobre escudero y no puedo llevar a cuestas tantas cortesías. Suba mi amo, tápenme estos ojos y encomiéndenme a Dios, y avísenme si cuando vamos por esas altanerías, podré encomendarme a nuestro Señor o invocar los ángeles que me favorezcan."
    “Yo soy un pobre escudero y no puedo llevar a cuestas tantas cortesías; suba mi amo, tápenme estos ojos y encomiéndenme a Dios, y avísenme si cuando vamos por esas altanerías podré encomendarme a Nuestro Señor o invocar los ángeles que me favorezcan.”

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  89. A22 Miriam
    Pregunta 1
    Por el jardín entraron cuatro salvajes vestidos de verde, que traían un caballo de madera sobre los hombros que cuando lo posaron en el suelo uno dijo “suba sobre esta máquina el que tuviere ánimo para ello”(Clavileño es este cabello de madera).

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  90. A22 Miriam
    Pregunta 3
    Don Quijote antes de montar en Clavileño aparto a Sancho a unos arbustos para que no dejara las cosas a medias al no saber cuanto tiempo estarían de viaje se diera los azotes a lo que Sancho le respondió "que ya vería lo que haría ya que el asiento del caballo es bastante incomodo como para ir con el dolor de los azotes".

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  91. A22 Miriam
    Pregunta 3
    Trifaldi le recomienda a Sancho que se ponga a " mujeriegas" que se refiere a sentarse con las piernas de lado del caballo como hacían antes las mujeres cuando acompañaban al jinete ( bastante peligroso), a lo que después Sancho se dejo vendar los ojos.

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  93. A22 Miriam
    Pregunta 4
    Las artimañas que utilizaron fueron simular sus voces como si estuvieran en la lejanía ya que supuestamente estaban volando muy alto, para simular el viento utilizaron fuelles , que Sancho hizo referencia porque sospechaba de que era falsa la aventura que estaban viviendo y también utilizaron cohetes para simular el aterrizaje.

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  94. A22 Miriam
    Pregunta 5
    Para conseguir simular el aterrizaje le pusieron cohetes en la cola al caballo , que cuando explotaron hicieron saltar por los aires a Don Quijote y Sancho que cayeron en el suelo medio chamuscados.

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  95. B20
    Pregunta 2:
    Lo primero que dice Sancho es: "Aquí yo no subo, porque ni tengo ánimo ni soy caballero"
    Luego añade: "Eso no haré yo, ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera; y es que este rapamiento no se puede hacer sin que yo suba a las ancas, bien puede buscar mi señor otro escudero que le acompañe, y estas señoras otro modo de alisarse los rostros; que yo no soy brujo para gustar de andar por los aires"
    Después de que el duque lo convenciese para que subiese al caballo, Sancho dice: "No más, señor; yo soy un pobre escudero y no puedo llevar a cuestas tantas cortesías; suba mi amo, tápenme estos ojos y encomiéndenme a Dios[...]"

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  96. B20
    Pregunta 7:
    Sancho le contó a la duquesa que cuando su amo le dijo que estaban volando sobre la región del fuego, él quiso descubrirse los ojos peor Don Quijote no le dejó. Pero como él es muy curioso, decidió apartar un poco el pañizuelo que le tapaba los ojos y miró la tierra. Dijo que la tierra le pareció muy pequeña, no más grande que un grano de mostaza y los hombres eran poco más grandes que avellanas.

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  97. C19
    Pregunta 1
    Es traído por un grupo de 4 salvajes, que indican a nuestros protagonistas lo que deben hacer

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  98. A18
    Pregunta 1:
    Lo traen durante la noche cuatro salvajes, vestidos todos de verde yedra y en sus hombros llevaban al caballo Clavileño.

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  99. A18
    Pregunta 2:
    "-Eso no haré yo-dijo Sancho-, ni de malo ni de buen talante, en ninguna manera; y si es que este rapamiento no se puede hacer sin que yo suba a las ancas, bien puede buscar mi señor otro escudero que le acompañe, y estas señoras otro modo de alisarse los rostros; que yo no soy brujo, para gustar de andar por los aires."

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  100. A18
    Pregunta 3:
    Don Quijote lleva a Sancho hacia unos arbustos y le dice que tiene que acordarse de cumplir con el castigo de los azotes antes de marchar y Sancho lo rechaza.

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  101. A5

    1. A Clavileño lo traen 4 salvajes vestidos de verde sobre los hombros. Estos entran por el jardín con el caballo una noche.

    3. Don Quijote llama a Sancho y le pide que antes de su marcha vaya a junto suya. Este pone como excusa para encontrarse con Sancho que necesita hablar con el, pero en realidad quiere someterlo al castigo que tenía pendiente de los azotes, ya que el viaje será largo y no quiere esperar. Sancho no quiere someterse al castigo al castigo antes de partir de viaje ya que el asiento ya no es cómodo y no quiere soportar a mayores el dolor que le producirán los azotes.

    5. Al estallar los cohetes ambos salieron despedidos del caballo de madera.

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  102. B7
    Pregunta 1:
    Clavileño viene a hombros de 4 salvajes los cuales traían una vestimenta verde y le indicaron a Don Quijote lo que debía hacer.Entraron por el jardín durante la noche.

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  103. b12
    pregunta 1
    Clavileño venia a hombros de 4 hombres salvajes los cuales llevaban puesta una vestimenta verde.

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  104. Pregunta 1
    Era de noche y entraron por el jardín cuatro hombres salvajes y sobre sus hombros traían un gran caballo de madera

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  105. A21
    Pregunta Nº1
    Lo trajeron 4 hombres salvajes cuyas vestimentas eran verdes, y a este le trajeron a hombre a la noche por el jardín.

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  106. 19B.

    1: cuatro "salvajes" vestidos de verde les entregan el caballo.

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  107. B26

    Pregunta 1:

    Inicia el capítulo con nuestros protagonistas empezando a impacientarse por la falta de puntualidad que llevaba la llegada de Clavileño (1*) , el cual llegó a lomos de cuatro hombres , denominados como salvajes , vestidos de verde , que posaron al enorme caballo de madera sobre el suelo (2*) , para que acto seguido uno de ellos procediese a explicar el funcionamiento de la carga que habían transportado.

    1*: «Llegó en esto la noche, y con ella el punto determinado en que el famoso caballo Clavileño viniese, cuya tardanza fatigaba ya a don Quijote...»

    2*: «...a deshora entraron por el jardín cuatro salvajes vestidos todos
    de verde yedra, que sobre sus hombros traían un gran caballo de madera. Pusiéronle de pies en el suelo...».

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  108. A26
    Pregunta 6
    Cuando ambos se levantaron del suelo miraron en todas direcciones hasta quedar atónitos al verse en el mismo jardín desde donde habían partido. Su admiración creció en cuanto vieron al lado, hincada en el suelo, una gran lanza con un pergamino. Se acercaron para leerlo y aparecía un texto que comenzaba diciendo “El ínclito don Quijote de la Mancha feneció y acabó la aventura de la condesa Trifaldi...”
    Luego de que don Quijote hubiese leído el pergamino entendió que hablaba del desencanto de Dulcinea, y dió las gracias al cielo de que con tan poco peligro hubiese dado tan gran hecho.

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  109. Pregunta 7:
    Lo que Sancho le cuenta a la duquesa es que cuan el y su amo se encontraban volando sobre la región del fuego su curiosidad le impulsaba a mirar, pero Don Quijote no le dejaba. Entonces en un momento de despiste del amo Sancho apartó ligeramente el pañuelo que le cubría los ojos y apreció la Tierra pequeña como un grano de mostaza y a la gente como simples avellanas

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